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http://www.biblioteca-medica.com.ar/2012/02/todo-sobre-la-cirrosis.html
Si bien tales cifras con considerables, podría haber más personas que padecen de fibromialgia. Esto se debe a que la fibromialgia, a pesar de su predominio, sigue envuelta en el misterio. Lo que se conoce es que la enfermedad afecta principalmente a las mujeres, y se caracteriza por un dolor generalizado en todo el cuerpo.
Las personas que padecen de fibromialgia sufren dolor como respuesta a estímulos que para otras personas no son dolorosos. Los expertos suponen que los niveles elevados de una señal química particular de los nervios, conocida como sustancia P, podría ser la causante de esa afección. También existen evidencias de que mayor cantidad de factor de crecimiento en el líquido espinal, así como una disminución de la serotonina en el cerebro podrían ser otras influencias.
El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueletales (National Institute of Arthritis and Musculoskeletal and Skin Disease) afirma que los acontecimientos estresantes o traumáticos como accidentes vehiculares, enfermedades, ciertos trastornos y las lesiones repetitivas, podrían estar vinculados con la aparición de la fibromialgia.
El dolor ocasionado por la fibromialgia puede ser generalizado, y afecta con frecuencia el cuello, hombros, brazos, parte superior de la espalda, pecho y nalgas. Es posible que ciertos puntos más sensibles experimenten más dolor que otros, indicadores de que el trastorno es la fibromialgia. Otros síntomas de la misma son la fatiga, insuficiencia de sueño sin movimientos rápidos del ojo (REM), ansiedad, falta de memoria y síndrome de intestino irritable.
Para lograr un diagnóstico adecuado, es importante hablar de todos los síntomas con el médico. Cada paciente es único, y los síntomas pueden aparecer y desaparecer.
La Clínica Mayo identifica ciertos factores de riesgo que incrementan la probabilidad de padecer fibromialgia.
* Género: las mujeres son más propensas a la fibromialgia que los hombres. Se cree que las hormonas reproductivas femeninas pudieran desempeñar un papel en la percepción del dolor.
*Enfermedades reumáticas: una historia clínica de artritis o lupus podría incrementar el riesgo de fibromialgia.
* Historia familiar: los miembros de la familia que padecen de fibromialgia podrían transmitir el trastorno por vía genética.
Para llegar al diagnóstico es necesaria una serie de pruebas y preguntas. El Colegio Americano de Reumatología (American College of Rheumatology) creó ciertos criterios para el diagnóstico, entre los que figuran el dolor generalizado que dura por lo menos tres meses, además de once zonas adoloridas del cuerpo de unas dieciocho posibles. Algunos médicos la diagnostican con criterios menos exigentes.
El tratamiento es un método personalizado, en dependencia de los síntomas, y puede consistir en analgésicos que reducen el dolor, antidepresivos para aliviar la fatiga y el insomnio, y medicamentos anticonvulsivos que también pueden reducir el dolor. La terapia física y mental también alivia el estrés, que aparentemente exacerba los síntomas. Algunas personas podrían aliviarse con el uso de terapias alternativas como yoga, masajes y acupuntura.
Aunque no existe cura para la fibromialgia, un diagnóstico exacto y un plan de tratamiento apropiado contribuyen a aliviar la multitud de síntomas que acompañan la enfermedad.