Científicos argentinos han logrado describir el mecanismo por el cual los anticuerpos que guían los ataques del sistema inmunológico son capaces de reconocer al mismo ADN que les dio origen. Conocer ese mecanismo es fundamental para la comprensión de enfermedades autoinmunes, como el lupus eritematoso sistémico, en las que las defensas del organismo se vuelven en su contra.
"Este trabajo sirve como base para el desarrollo de fármacos que puedan interferir en las interacciones patológicas [que dan lugar a enfermedades como el lupus]", declaró el doctor Gonzalo Prat-Gay, director del Laboratorio de Estructura-Función e Ingeniería de Proteínas del Instituto Leloir, donde se realizó el estudio cuyos resultados publica hoy la revista Journal of Molecular Biology .
Prat-Gay, investigador principal del Conicet, contó a LA NACION que el hallazgo es el resultado de una investigación iniciada en 2001, y que ya ha dado lugar a varias publicaciones previas: "Esto empezó cuando estábamos buscando anticuerpos monoclonales contra el virus del papiloma-humano, y nos encontramos con anticuerpos contra el ADN, algo muy raro ya que al ser una molécula muy homogénea en todos los seres vivos es muy poco inmunogénica."
A diferencia de las proteínas, que poseen una gran variedad de composiciones y estructuras químicas, los ácidos nucleicos que conforman la molécula de ADN, por la citada homogeneidad, no suelen despertar la reacción del sistema inmunológico. Pero cuando esto ocurre se producen las afecciones autoinmunes como el lupus.
La pregunta que respondieron Prat-Gay y sus colegas del Instituto Leloir es: ¿cómo los anticuerpos, cuya función es reconocer elementos extraños al organismo, pueden ser capaces de reconocer el ADN del organismo que lo generó? "En nuestro trabajo mostramos cómo el anticuerpo reconoce los extremos de una cadena de ADN, siendo dos bases [componentes constitutivos del ADN] el requerimiento mínimo -explicó este bioquímico-. Nuestro trabajo describe el fenómeno, integrando mecanismo, energía de interacción y estructura."
Un trabajo relevante
"Hoy, las personas con enfermedades autoinmunes como el lupus eritematoso sistémico no tienen un tratamiento específico para frenar la producción de anticuerpos que reconocen el ADN del núcleo de las células, con consecuencias serias sobre diversos órganos -comentó el doctor Prat-Gay-. Conociendo los fundamentos [detrás de estos procesos] se puede intentar diseñar moléculas que bloqueen esas respuestas autoinmunes que el paciente está generando continuamente."
La relevancia del estudio del Instituto Leloir -que fue financiado en parte por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, y que contó con la colaboración del Instituto de Investigación Scripps, de Estados Unidos- es tal, que su publicación en la revista Journal of Molecular Biology fue editado por el premio Nobel en química Robert Huber.
"Conocer de qué modo los anticuerpos anti-ADN interactúan con el ADN no tiene sólo un interés académico -comentó el doctor Jorge Geffner, profesor de inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, que no participó del estudio-. Tal como los autores lo explicitan, este conocimiento presenta un potencial interés terapéutico, orientado a la producción de moléculas capaces de bloquear la actividad lesiva de estos anticuerpos."
Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION
LA NACION.COM
29 junio 2007 |
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