Dictamen de un comité de expertos de la Sociedad de Geriatría de los EE.UU.
La aspirina y el ibuprofeno son un elemento básico en todos los botiquines. Son medicamentos de venta libre y de bajo precio. La mayoría de las personas los toman sin pensarlo dos veces. Pero un panel de especialistas de la Sociedad de Geriatría de los Estados Unidos eliminó a todas las drogas antiinflamatorias no esteroides (DAINE) de la lista de medicamentos recomendados para adultos mayores de 75 años con dolor crónico y persistente.
El consumo prolongado de fármacos como el ibuprofeno, el naproxeno y la aspirina de alta dosis es tan peligroso, dijeron los panelistas, que los ancianos que no consiguen aliviar su dolor con drogas alternativas como el acetaminofeno (paracetamol) deberían probar con opiáceos como la codeína o incluso la morfina. Y ello pese a que las DAINE son probadamente eficaces contra el dolor crónico que a menudo aqueja a los adultos mayores y al hecho de que los opiáceos pueden ser adictivos.
"Hemos sido muy enérgicos respecto de los riesgos de las DAINE para las personas mayores," dijo el doctor Bruce Ferrell, presidente del panel que efectuó estas recomendaciones y profesor de geriatría de la Universidad de California, Los Angeles. "En algunas personas dan resultado, pero representan un riesgo bastante alto cuando se las consume en dosis de moderadas a altas, sobre todo durante un tiempo prolongado."
"Me parece que los pacientes estarían más seguros utilizando estos opioides que altas dosis de DAINE durante períodos largos", señaló, antes de agregar que en la mayoría de los ancianos el riesgo de adicción parece bajo.
Los riesgos que implica el consumo crónico de DAINE son múltiples. Provocan peligrosas úlceras y sangrado gastrointestinal, efectos secundarios que se producen con más frecuencia y gravedad a medida que se envejece. Algunas DAINE pueden aumentar el riesgo de sufrir ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares y no tienen buena interacción con las drogas que se utilizan para tratar las fallas cardíacas. Pueden agravar la hipertensión, incluso volviéndola incontrolable, y afectar la función renal. La lista de interacciones potencialmente peligrosas con otras drogas es larga, dicen los expertos.
"Los cambios fisiológicos de los ancianos afectan la forma en que se absorben y secretan las drogas y en que el cuerpo reacciona", dijo la doctora Keela Herr, profesora de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Iowa que investiga el dolor en los mayores y participó en el trabajo. "Las personas más jóvenes pueden tomar este tipo de medicamentos con riesgos limitados. En las personas de edad, la historia es otra. Los cambios físicos las hacen más sensibles."
Los nuevos lineamientos de la Sociedad de Geriatría aconsejan pensar en las DAINE "excepcionalmente" en el caso de la población de las personas de edad delicadas, y utilizarlas "con extremo cuidado" y sólo en "individuos sumamente seleccionados". Para tratar a los pacientes con dolor de moderado a grave que afecta la calidad de vida, se puede evaluar el recetar opiáceos, sugieren los lineamientos, luego de verificar que ni el paciente ni su cuidador han tenido episodios de abuso de drogas.
El objetivo de las pautas no es desalentar el tratamiento del dolor. Por el contrario, el dolor crónico es sumamente frecuente en los ancianos: afecta a entre el 25% y el 50% de los que viven en la comunidad y hasta un 85% de los alojados en geriátricos.
TRADUCCIÓN: Elisa Carnelli
Vía Clarín
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