COMUNIDAD VALENCIANA
18.08.09 -
El tiempo avanza en su contra. Con cada segundo que trascurre sus fuerzas van menguando y el dolor se agudiza. Eva María Alabau, la valenciana que está en huelga de hambre después de que la Seguridad Social le denegara la invalidez, continúa sin comer. Y ya van nueve días. La joven, con fibromialgia y sumida en una profunda depresión, no piensa echarse atrás. "Aguantaré hasta que muera. No comeré hasta que no me den una solución. No puedo vivir sin la pensión".
Pese a encontrarse muy débil, ayer se levantó de la cama desde la que ve pasar los días para buscar una ayuda desesperada. Acudió a la Conselleria de Sanidad acompañada de su madre, Cándida, y con una muleta para apoyarse. "Ya no puede mantenerse en pie. En la conselleria nos han atendido muy bien, pero no es competencia suya. Sólo puede respondernos el Ministerio. Lo único que se puede hacer es reclamar la negativa de la Seguridad Social. Pero eso lleva su tiempo y mi hija no va a dejar la huelga de hambre", lamenta Cándida.
Eva María decidió comenzar la huelga de hambre a principios de agosto, cuando le rechazaron su solicitud de incapacidad. La sensación de impotencia superó el dolor que le recorre todo el cuerpo. "He presentado más de 40 informes favorables pero la Seguridad Social me contesta que las lesiones no tienen un alcance suficiente. Lo único que sé es que no puedo trabajar, no puedo traer un sueldo a casa para mantener a mis dos hijos", explica.
Lo tiene claro. Nada ni nadie le harán cambiar de idea. Los médicos le han recomendado que ingrese en el hospital. Ella no piensa moverse de casa. "Lo único que le he prometido a mi psiquiatra es que tomaré una bebida isotónica. Pero nada de comida ni medicamentos", afirma convencida. "Le puede dar algo de un momento a otro. Necesitamos una solución pronto", pide Cándida.
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