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8 dic 2009

ALIMENTA TUS DEFENSAS. La comida inmunológica

Declara la guerra a las infecciones invernales, catarros y resfriados con una buena dieta diaria. Las últimas investigaciones indican que existen muchos alimentos capaces de fortalecer el sistema inmunológico y proporcionar al organismo las defensas necesarias para hacer frente a determinadas enfermedades.

Nuestro sistema inmunológico nos protege de las bacterias, los virus y otros organismos patógenos. Se trata de un sistema de defensa complejo y eficaz. Dada su complejidad, resulta muy difícil evaluar los efectos de la dieta en este sistema. Sin embargo, los resultados de diversas investigaciones han permitido identificar algunos factores dietéticos que afectan a la respuesta inmunológica de nuestro organismo, según las consideraciones del Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (Eufic), un organismo creado con el objetivo de difundir información científica sobre la seguridad y calidad alimentaria y la salud y nutrición. De este modo, muchos alimentos son fuente de innumerables sustancias capaces de ayudar al sistema inmune a desarrollar sus funciones a través de las vitaminas y minerales que proporcionan, como la A, C y E, y el hierro, zinc, selenio y cobre. Así, al administrar a los ancianos que se encuentran en tratamiento a largo plazo compuestos a base de varios micronutrientes (20 mg de zinc, 100 microgramos de selenio, 15 mg de vitamina E y 6 mg de betacaroteno), los científicos descubrieron que podían reducir las infecciones de las vías respiratorias. Es posible que una dieta que proporcione regularmente la cantidad adecuada de estas vitaminas sirva para proteger al grueso de la población.

Del mismo modo que ciertos nutrientes contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, el estrés podría consumir las reservas de algunas vitaminas y minerales. Combinar una dieta saludable y variada, rica en fruta y verdura, con las dosis adecuadas de ejercicio físico y reposo, es la mejor estrategia para hacer frente a la batalla invernal contra el resfriado común.

Alimentos que potencian las defensas del organismo
• Vitamina C
Estimula las funciones del sistema inmunológico al favorecer la producción de interferón, una
 Salud , Farmacia , Psicología , Belleza, Medicamentosproteína producida naturalmente por el sistema inmunitario como repuesta a agentes externos como virus. La vitamina C es necesaria para la formación de colágeno, un componente esencial de las membranas celulares, por lo que contribuye al mantenimiento de las barreras naturales contra las infecciones. Además, el déficit de vitamina C hace que las células encargadas de la destrucción de microorganismos no puedan dirigirse hacia ellos para destruirlos.
ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN: Cítricos, kiwi, guayaba, pimiento, grosella, fresa.
• Vitamina E
También posee la capacidad de potenciar la respuesta inmunológica frente a las infecciones que puedan aparecer. Existen estudios científicos que demuestran que la administración de vitamina E a personas con bajas defensas, aumentan notablemente su respuesta inmunológica.
ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN: Almendra, avellana, semillas de girasol, boniato, aceite de girasol, germen de trigo, aceite de germen de trigo, aguacate.
• Vitamina A
Juega un papel muy importante en la defensa frente a las infecciones y en el buen mantenimiento de las mucosas. Contribuye en la prevención de enfermedades infecciosas, especialmente del aparato respiratorio creando barreras protectoras contra diferentes microorganismos. Estimula las funciones inmunes, entre ellas la respuesta de los anticuerpos y la actividad de varias células producidas por la medula ósea que interviene en la defensa del organismo como fagocitos y linfocitos. Por ello promueve la reparación de tejidos infectados y aumenta la resistencia a la infección.
ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN: zanahoria, boniato, calabaza, mango, albaricoque, pimiento rojo, tomate, verduras de tono oscuro, hígado, mantequilla, leche, yema de huevo.
• Hierro
Dentro de los minerales, juega un papel importante ya que su deficiencia puede afectar a la proliferación celular y por lo tanto disminuir la respuesta inmune.
ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN: Leguminosas, frutos secos, carnes rojas, vísceras, yema de huevo.
• Cobre y Zinc
El primero es un agente antiinflamatorio y antiinfeccioso, si bien en este caso es difícil que tenga lugar una deficiencia ya que el cobre se encuentra ampliamente distribuido en diferentes alimentos y el cuerpo lo necesita en cantidades muy bajas.
El Zinc es muy importante en el sistema inmune y en su papel en la actividad enzimática.
ALIMENTOS QUE LO CONTIENEN: Marisco, carne roja, germen de trigo, cereales integrales: pan integral y cereales de desayuno integrales.

El selenio, un desconocido de vital importancia
El papel del selenio en la alimentación ha suscitado mucho interés en los últimos tiempos. De hecho, resulta preocupante la reducción del consumo de este elemento en Europa resulta dado que su deficiencia puede implicar un mayor riesgo de contraer enfermedades crónicas como el cáncer o enfermedades cardiovasculares.
El selenio se encuentra en una serie de proteínas vitales de nuestro organismo, llamadas selenioproteínas, de las cuales se han identificado veinticinco hasta el momento: las peroxidasas, que tienen importantes propiedades antiinflamatorias y protegen las membranas de las células del daño producido por los radicales libres; las deiodinasas, que participan en la producción de hormonas tiroideas activas; y las proteínas implicadas en la
reproducción y en la reparación del ADN.

El selenio se encuentra en la tierra y en las rocas, se acumula en las plantas y de esta manera se introduce en la cadena alimentaria. Está presente en la mayoría de los alimentos y frutos secos (especialmente en la nuez de Brasil); y el pescado, el marisco, las vísceras (riñón o hígado) y la carne son ricos en este elemento.

Los niveles de selenioproteínas alcanzan sus niveles máximos con relativa facilidad siguiendo una alimentación normal, y no aumentan al ingerir suplementos de selenio. Con una dieta equilibrada, la mayoría de la gente obtiene el selenio necesario a través de los alimentos.

Alimentos funcionales, alimentos del futuro
Existen cada vez más pruebas científicas que apoyan la hipótesis de que ciertos alimentos, así como algunos de sus componentes tienen efectos físicos y psicológicos beneficiosos, gracias al aporte de los nutrientes básicos. Según el Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación, los alimentos funcionales son aquellos alimentos que se consumen como parte de una dieta normal y contienen componentes biológicamente activos, que ofrecen beneficios para la salud y reducen el riesgo de sufrir enfermedades. Entre algunos ejemplos de alimentos funcionales, destacan los alimentos que contienen determinados minerales, vitaminas, ácidos grasos o fibra alimenticia, los alimentos a los que se han añadido sustancias biológicamente activas, como los fitoquímicos u otros antioxidantes, y los probióticos, que tienen cultivos vivos de microorganismos beneficiosos. El mayor reto para los científicos es determinar la relación existente entre un alimento o uno de sus componentes y la mejora del estado de salud y bienestar o la disminución de enfermedades.

El concepto de alimentos funcionales nació en Japón. En los años 80, las autoridades sanitarias japonesas se dieron cuenta de que para controlar los gastos sanitarios, generados por la mayor esperanza de vida de la población anciana, había que garantizar también una mejor calidad de vida. Se introdujo un nuevo concepto de alimentos, que se desarrollaron específicamente para mejorar la salud y reducir el riesgo de contraer enfermedades.

Los alimentos funcionales no han sido definidos hasta el momento por la legislación europea, y la opinión generalizada es que sería necesario un marco regulador dentro de la UE para proteger a los consumidores, fomentar el comercio justo y potenciar la innovación de productos dentro de la industria alimentaria.

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¿Y una vez que el virus ya nos ha atacado, qué?
Según recomienda Eufic, una gran cantidad de vitamina C. Aunque las pruebas todavía no son concluyentes, podría ser beneficioso administrar grandes dosis de este nutriente cuando aparecen los síntomas del resfriado. Se ha descubierto que, en ciertas personas, ingerir entre 500 y 1000 mg de vitamina C al día serviría para aplacar la intensidad o incluso reducir la duración del catarro. Los científicos creen que esta reacción podría deberse a que la vitamina C estimula el nivel de interferón, contribuyendo así a proteger las células de los ataques víricos.

Se puede aumentar la cantidad de vitamina C en el organismo consumiendo alimentos y bebidas tales como frutas y zumos de cítricos, kiwis, boniatos, pimientos, grosellas, vegetales verdes y frutas exóticas, como la guayaba, o alimentos enriquecidos con vitamina C. Tampoco hay que olvidarse de los complementos alimentarios a base de esta vitamina.


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