Josefa Moreno: “Lo peor de todo es que la gente cuestione tu enfermedad”
«El problema de esta enfermedad es que es invisible». Estas fueron las declaraciones de Josefa Moreno Soria, una alcireña de 50 años que padece fibromialgia desde hace cuatro años y que quiere sumarse a la huelga de hambre que Juan Vilas, de 57 años, inició hace diez días para conseguir la invalidez absoluta.
«Actualmente, estoy trabajando en un almacén de naranjas. Intento resistir pero cuando llego a casa, siento dolor por todo el cuerpo y la voz se me va. Ni siquiera puedo dormir. Tengo insomnio y cansancio crónico», manifestó Josefa mientras lágrimas de desesperación y de tristeza rondaban por sus mejillas.
Desde que le diagnosticaron esta enfermedad hace ya cuatro años, Josefa Moreno ha visto como su vida ha ido cambiando en un abrir y cerrar de ojos.
«Es muy lamentable que llegues a casa y que no puedas hacer nada en absoluto. Aunque lo peor de todo es que la gente cuestione tu enfermedad. No se lo creen», lamentó esta alcireña que, cuando se enteró de que Juan estaba haciendo huelga de hambre, decidió sumarse a esta causa. «Quise venir a hacerle compañía ya que al fin y al cabo, tenemos la misma enfermedad», explicó.
Juan, en cambio, no le aconseja que haga huelga de hambre. «Es muy duro. Yo ya empiezo a notar el cansancio. Y además, su marido tampoco le deja», aseguró.
A pesar de todo, Josefa tiene muy claro que quiere hacerlo. «Si no como, pues no como. La gente cree que no vamos a conseguir nada pero me da igual», apuntó mientras se secaba las lágrimas con un pañuelo que le prestó Juan, quien intentaba animarla.
Y es que Josefa ha perdido la esperanza. «He ido a muchísimos médicos. Incluso he llegado a pagar 300 euros por una sola consulta ya que me dijeron que me podían curar. También hice un año de acupuntura y me compré un aparato que supuestamente, fortalecía los músculos».
A pesar de todo, ninguno de esos remedios ha servido para que Josefa se cure. «Me he gastado mucho dinero y todo para nada», dijo entre lágrimas.
Y es que a pesar de que los médicos le aconsejan autocuidados, Josefa no puede dejar de trabajar porque no quieren reconocerle la incapacidad absoluta.
«Yo puedo tener un año de baja pagada pero para ello, es necesario tener seis meses cotizados. Pero ¿cómo? Si cada dos por tres no puedo trabajar. Hoy, por ejemplo, he perdido mi jornal», afirmó la alcireña, tristemente.
A pesar de todo, aclaró, «yo no estoy haciendo esto por el dinero porque si pudiera trabajar bien, podría ganar mucho más», matizó. «Hay mucha gente que no se cree que yo esté así. Es muy difícil que los demás te entiendan a no ser que estén como tú», manifestó mientras miraba a Juan Vilas, que afirmaba con la cabeza.
Y es que sólo él puede entender lo que está sufriendo Josefa. De hecho, los médicos también le diagnosticaron fibromialgia hace un par de años. «Era albañil y tuve que dejar mi trabajo», explicó.
Y es que además de padecer esta enfermedad, este alcireño también sufre fatiga crónica y desde 2000, tiene una angina de pecho. «Eso no me impidió seguir trabajando. Sin embargo, la fibromialgia ha podido conmigo», lamentó.
Lucha continua
A pesar de todo, Juan no ha dejado de luchar. «Solicité dos audiencias a Francisco Camps, quien me dijo que mandaría la petición a Bienestar Social y todavía no me han contestado. Además, también le envié un correo electrónico a Zapatero y me dijo que tenía la agenda llena», explicó Juan, indignado.
Los únicos que le han dado un poco de esperanza han sido los Reyes. «Les envié un mensaje y me dijeron que intentarían hacer algo y que me llamarían», explicó Juan, quien tiene muy claro que es necesario «que cambie el sistema administrativo. El problema es la política económica, que va contra esta enfermedad», añadió.
Asimismo, y según contó Juan, desde la Conselleria de Sanidad «ya me llamaron para preguntarme qué tal estaba y me dijeron que eso no era problema de ellos. Que el responsable no era Camps sino el señor Zapatero», concluyó finalmente Juan Vilas.
Por el momento, tanto él como Josefa seguirán luchando para conseguir que, por fin, reconozcan su enfermedad y que les den la invalidez absoluta.
Eva Juan
Publicado con autorización de LAS PROVINCIAS, delegación de la Ribera.
2 comentarios:
Tienes Razón en el escrito, el dolor no se puede medir, es tu palabra y la gente puede pensar que trata de conseguir no trabajar, yo puedo entenderla pues estoy operada de columna por dos veces y he pasado tantos dolores que pelos tengo en la cabeza, esos dolores no se puede explicar, solo padecerlos, una amiga me dijo un dia que deberia existir un termómetro para medir el dolor igual que la fiebre, así la gente sabria cuanto dolor llegamos a tener, que facil sería asi ¿verdad? te mando un saludo y te invito a mis blogs, Antonia.
hola carmen me gustaria conocer mas el caso de josefa , ya que yo formo parte de un equipo de una clinica de tratamiento de fibromialgia en madrid y aplicamos un tratamiento que a nivel nacional esta funcionando mui bien , poriamos ayudarla a calmar y paliar ese sufrimiento , podremos ofrecerle varias cosas , este es mi cuenta de correo me gustaria poder hblar con mas calma y mas datos : ariasquiroga@hotmail.com
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