JANO.es · 22 Marzo 2010
Los costes asociados al dolor se estiman en más de 3.000 millones de euros anuales, según un experto.
La prevalencia del dolor crónico en España se sitúa en un 11%, con una duración media de 9 años. Prácticamente la mitad de ellos, el 47%, padece dolor diariamente. Esta cifra aumentará en los próximos años a consecuencia del envejecimiento de la población, lo que supondrá al mismo tiempo un incremento de las necesidades sociosanitarias, según datos del último estudio Pain in Europe, presentados durante la jornada El Dolor en el Sistema Sanitario de Islas Baleares, organizadas por la Plataforma SinDOLOR y celebradas en Palma de Mallorca.
El dolor tiene un impacto directo no sólo sobre la calidad de vida del paciente, sino también sobre su ámbito familiar y social, con graves repercusiones económicas y laborales. Según el doctor Josep Lluís Aguilar, jefe del servicio de Anestesia-Reanimación y Unidad del Dolor del Hospital Son Llatzer, centro referente en el tratamiento del dolor en Baleares, “los costes asociados al dolor suponen un gasto de más de 3.000 millones de euros anuales, lo que implica un 2,5% del PIB de nuestro país”.
Para mejorar la situación de estos pacientes y su entorno, así como del propio sistema sanitario, es necesario “el trabajo conjunto de todos los agentes implicados: desde los profesionales sanitarios, contando con el colectivo médico, enfermería y farmacia, que conocen de primera mano cada caso clínico, así como la labor de la Administración Sanitaria, a través de la creación planes estratégicos relacionados con el dolor”, según explica el doctor Antón Herreros, director general de la Fundación para la Investigación en Salud (FUINSA). Además, destaca la necesidad de contar con las asociaciones de pacientes para tener en cuenta sus necesidades y encontrar una óptima solución.
El paciente, figura clave
Para mejorar la calidad de vida del paciente son importantes otros factores como la identificación, la evaluación y el seguimiento del dolor, donde el paciente desempeña un papel relevante. A este respecto, el doctor Guillermo Castillo, director de la Fundación Grünenthal, destaca que “en nuestro país, el paciente está acostumbrado a vivir el dolor como una parte inherente a la enfermedad, sin embargo, en la actualidad existen las herramientas suficientes para intentar paliarlo. Es clave educar al paciente para que refiera a su médico el origen de su dolor, su localización, su intensidad y su duración, con la finalidad de conseguir un diagnóstico correcto”.
De hecho, uno de los objetivos que se reclamó durante la jornada es que el dolor sea considerado como el “5º signo o constante vital” y que, como tal, quede recogido en la historia clínica de los pacientes junto a la temperatura corporal, el pulso, la presión sanguínea y la frecuencia respiratoria, para realizar un mejor control del mismo.
Las jornadas El Dolor en el Sistema Sanitario de Islas han sido organizadas por la Plataforma SinDOLOR, una iniciativa conunta de FUINSA y la Fundación Grünenthal, con el objetivo de mejorar la atención al paciente con dolor y a sus familiares.
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