Años después, se producían muertes sospechosas, diversas enfermedades y envenenamientos por alta concentración de metales pesados, en las zonas donde se habían utilizado estos residuos sólidos como fertilizantes, que alertaron a la población y a la comunidad científica.
En la actualidad, ciudadanos de Estados Unidos, Canadá, Francia o Suiza se enfrentan a las grandes empresas productoras de estos fertilizantes y a sus propios gobiernos, quienes todavía promueven en algunos casos, su uso. Tan sólo las autoridades suizas lo han prohibido completamente.
Hacen falta unos quinientos años de media para producir dos centímetros y medio de suelo fértil. Con una sola aplicación de compost de residuos urbanos (RSU) se puede destruir algo, que la naturaleza ha tardado tres mil años en crear.
Mira el documental en 5 partes:
http://www.afigranca.org/content/view/98/77/
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