Cambio de hábitos pueden mejorar síntomas de la fibromialgia

Viernes, 21 de octubre de 2016

La sufren 5% de los argentinos. Aunque suele requerir medicación psiquiátrica, cambiar la alimentación, dormir mejor y reducir el estrés han mostrado su efectividad.

 Se estima que 5 de cada 100 argentinos sufre de fibromialgia, un síndrome que los lleva al consultorio con un “me duele todo el
 cuerpo”, que suele ir acompañado de un cansancio intenso y otros síntomas sin manifestación física.

Si bien se insiste en que se trata de una enfermedad sin cura, hay pacientes que han tenido una notable mejoría en su calidad de vida a partir de modificar ciertas conductas, como la alimentación y el sueño. 

La Asociación FibroAmérica (Asociación Argentina de Fibromialgia, Síndrome de Fatiga Crónico y Sensibilidad Química Múltiple) ha organizado una charla para hoy.

El encuentro está destinado a pacientes y sus familiares o allegados. Estarán a cargo de la presentación la presidenta y fundadora de la entidad, Blanca Mesistrano, y el médico mendocino Jorge Pujol.

Mesistrano creó la asociación de pacientes luego de que ella misma comenzara a experimentar síntomas de fibromialgia y síndrome de fatiga crónica después de que un accidente le causara un latigazo cervical y de sobrellevar un estrés significativo. Hace 6 años, comenta con entusiasmo, que no tiene la primera y 5 que se recuperó del segundo. 

Su mejoría, detalla, se fundamentó en aprender a evitar ciertos estímulos y a manejar mejor las situaciones cotidianas. También, en llevar una dieta alcalinizante, evitar el gluten y los alimentos inflamatorios.

Sin embargo, según su experiencia con personas de distintas partes del país, a veces se trata de dejar un trabajo en el que el enfermo está expuesto a algún contaminante o decidirse a dejar atrás una situación que se soporta de manera pasiva. 

Es que el síndrome, que se caracteriza por crisis y momentos de mejoría, puede tener diferentes disparadores: estar expuesto a contaminantes químicos, factores emocionales o estrés. Además, se ha observado que muchos pacientes fueron educados en familias disfuncionales, con altas exigencias y situaciones de maltrato. 

Estos desencadenantes se combinan con una predisposición genética, ya que se ha descubierto que un alto porcentaje de pacientes tiene una mutación de un gen en el cromosoma 22.

De cada 10 afectados, 9 son mujeres y 58% de quienes sufren fibromialgia también padecen síndrome de fatiga crónica. Además, tiene un componente hereditario. 

Mesistrano señaló que el paciente con fibromialgia suele ser incomprendido porque puede experimentar sensaciones curiosas, como aturdimiento por el ruido en un café o dolor por el roce de las sábanas.

Cuando además tiene síndrome de fatiga crónica puede sentir de pronto que ya no puede estar de pie, porque no tiene energía para hacerlo, y verse obligado a interrumpir una actividad. Sin embargo, resalta que la persona puede aprender a manejar esos síntomas y, sobre todo, comprender que son ciclos de crisis y bienestar. 

Importancia del descanso

El médico deportólogo clínico Jorge Pujol detalló que la fibromialgia es un síndrome que incluye diversos síntomas, el principal de ellos dolor generalizado sin motivo, lo que lleva a confundirlo con enfermedades reumáticas. Pero también fatiga crónica, intestino irritable, bruxismo y fibroniebla (afectación cognitiva). 

Pujol, quien tiene un master en Psiconeuroinmunoendocrinología, planteó que, si bien suele tratarse con antidepresivos y antiepilépticos, el sueño es responsable de la enfermedad.

Cuando éste es reparador, los músculos, tendones, ligamentos y órganos se limpian y regeneran. La mayoría de los pacientes con fibromialgia, agregó, creen que duermen pero no llegan a la fase profunda, denominada delta, en la que el organismo puede regenerarse. Esto, a lo largo del tiempo favorece la aparición del síndrome. 

El profesional, quien expondrá hoy sobre “Manejo cronobiológico de la fibromialgia”, indicó que las personas que la sufren necesitan noches oscuras y silenciosas para descansar bien, y dormir 8 horas.

Además, es recomendable acompañar esta regulación del sueño con ejercicios físicos elongativos como el tai chi o pilates terapéutico, que permitan el drenaje de los residuos de los músculos hacia el sistema linfático. 

“Quedarse quieta es lo peor”

Liliana Torrico estuvo 4 años yendo a diversos especialistas y recibiendo distintos posibles diagnósticos. “Me hicieron un montón de estudios pero no encontraron nada ya que no es un problema físico. Me daba la sensación de que muchos no me creían que sufría dolor, porque no me dejé abatir por la enfermedad”, planteó. 

Finalmente, le indicaron que sufría de fibromialgia y ahora está en tratamiento con una reumatóloga, aunque subraya que no hay cura y que le recetaron miorrelajantes y antidepresivos, pero el malestar en brazos, espalda y piernas no desaparece.

“Terminás acostumbrándote a vivir con el dolor”, indica y añade que quedarse quieta es lo peor, por eso teje y borda para conservar la movilidad en las manos. Por otra parte, señala que hay personas que se han deprimido y llegado al suicidio por esto. 

Para complicar aún más su cuadro, hace un mes y medio chocaron de atrás el vehículo en el que iba y el “latigazo cervical” causó que ahora tenga calambres en las piernas, además del dolor, y síndrome vertiginoso. Si bien le recomendaron hacer fisioterapia en el agua, deberá tramitar la cobertura en PAMI ya que no puede pagarlo en forma particular porque tuvo que renunciar a su trabajo.

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