Hablemos
de Desintoxicación renal
Muchas toxinas son eliminadas a través de los riñones
después de que el hígado las convierta en hidrosolubles. Los riñones son
también responsables, en buena parte, de la eliminación de productos de desecho
tóxicos de la descomposición de las proteínas.
Así pues, los riñones son los encargados de
eliminar esas toxinas a través de su excreción en la orina. A diario,
filtran alrededor de 180 litros de fluidos y producen cerca de 1,4 litros de
orina al día.
Se puede ayudar a los riñones en esta función tan
importante a través de la dieta, evitando un consumo excesivo de
proteínas y bebiendo cantidades adecuadas de agua.
Existe el principio en la ecología del medio
ambiente de que “la mejor solución para la contaminación es la dilución”.
Uno de los aspectos más importantes para mejorar la desintoxicación es beber
abundantes cantidades de líquidos puros, como el agua.
El agua no sólo sirve como soporte para la
transformación de toxinas hidrófilas o neutralizadas; también hay una relación
directa entre la cantidad de agua ingerida y la producción de orina y el
movimiento de heces. A diario, deben consumirse al menos 6 vasos de líquidos y
la cantidad debe incrementarse durante el verano o durante un programa de
desintoxicación.
Factores
de ayuda en la desintoxicación del exceso de ácido úrico
El ácido úrico es un subproducto metabólico
tóxico que se almacena principalmente en el tejido de las articulaciones,
causando dolor e inflamación.
Si deseamos apoyar la desintoxicación del ácido
úrico (hiperuricemia, ácido úrico elevado, gota), además de beber mucha agua o
zumos para ayudar a los riñones a excretar mayores cantidades de ácido úrico,
es necesario mantener una dieta que evite los alimentos ricos en purinas
y ácidos nucléicos.
Los alimentos más ricos en purinas son los
siguientes:
- Vísceras de animales, carnes rojas, extractos de
cárnicos y preparados (caldos) o concentrados, paté y foié, marisco y huevas de
pescado, pescado azul y bebidas alcohólicas. Las legumbres tienen un contenido
moderado en purinas (consumir tan sólo una vez por semana).
Vitamina C
La vitamina C es un moderado agente uricosúrico.
Se ha demostrado que su suplementación aumenta la excreción renal de ácido
úrico, tanto en pacientes normales como en aquellos con excreción
inadecuada de ácido úrico e hiperuricemia.
Cuando se ingiere de manera habitual puede
normalizar la homeostasis del ácido úrico y regular su concentración sérica.
Precauciones:
Debido a que, en teoría, un fuerte aumento de la excreción de ácido úrico puede
producir la formación de cálculos renales de ácido úrico, y también a que la
rápida reducción de los niveles titulares de ácido úrico produce el paradójico
efecto de precipitar ataques de gota, la administración de la vitamina C en
estos casos se hará siempre empezando con dosis bajas (500 mg al día), y
se irá aumentando la dosis de modo lento y progresivo durante un período de dos
meses hasta alcanzar la dosis mínima que tenga la máxima eficacia. Además, por
precaución, se recomienda evitar la suplementación durante las crisis agudas de
gota.
Dosis recomendada:
De 500 a 1.000 mg al día, repartidos en distintas tomas.
Ácido fólico
Debido a la habilidad del ácido fólico para
inhibir la enzima xantina oxidasa, que es una enzima clave en la síntesis del
ácido úrico, se ha investigado la suplementación con ácido fólico como un
método para disminuir la producción de ácido úrico.
Un estudio clínico descubrió que las altas dosis
de ácido fólico reducían los niveles elevados de ácido úrico sérico, y
que después, a la discontinuación siguió la elevación del ácido úrico sérico
hasta unos niveles cercanos a los que había antes del tratamiento.
Precauciones:
Estas altas dosis de ácido fólico pueden enmascarar una deficiencia de vitamina
B12. Siempre que se suplemente con alguna de las vitaminas del complejo B, de
forma individual y durante períodos de tiempo prolongados, es conveniente
administrar el complejo B completo (por ejemplo, mediante el aporte de una
fórmula multinutriente que incluya el complejo B) para evitar desequilibrios en
el resto de las vitaminas.
Dosis recomendada:
De 800 a 6.400 mcg al día, con las comidas.
Quercetina
La quercetina pertenece a un grupo de pigmentos
solubles en agua llamados bioflavonoides. Muchas plantas, ya sean consideradas
medicinales o no, deben gran parte de sus beneficios a los altos niveles de
quercetina que presentan.
Por ejemplo, algunas clases de cebolla (como la
roja) contienen tanta quercetina que el compuesto representa el 10% de su peso
seco, siendo de este hecho de donde derivan sus múltiples propiedades
terapéuticas. Otros alimentos con niveles elevados de quercetina son las manzanas,
las uvas, el brócoli o el té. Tiene la capacidad para inhibir la actividad de la xantina oxidasa, la enzima
encargada de sintetizar el ácido úrico a partir de purinas.
Dosis recomendada:
De 250 a 1.200 mg al día. La administración en combinación con bromelina
favorecerá la absorción de la quercetina y, además, es antiinflamatoria, lo que
será de gran ayuda en las inflamaciones relacionadas con los depósitos de ácido
úrico.
La dosis recomendada de bromelina es de 125 a 500
mg, 2 a 3 veces al día, fuera de las comidas.
Aceite de pescado (aportando EPA)
El aporte suplementario de ácido eicosapentaenoico
(EPA) es de gran utilidad para el tratamiento de la gota. El EPA limita
la producción de leucotrienos proinflamatorios, que son los mediadores de una
parte importante de la inflamación y la lesión tisular que se observa en la
gota.
Dosis recomendada:
10 gramos (aportando 180 mg de EPA y 120 mg de DHA por gramo) de aceite de
pescado o el equivalente necesario para aportar 1,8 gramos de EPA al día, con
las comidas.
Plantas diuréticas
Las plantas diuréticas incrementan el flujo de
orina. Entre las más empleadas, se pueden destacar las siguientes:
- Perejil (Petroselinum sativum), la cola
de caballo (Equisetum arvense L.), el diente de león (Taraxacum
officinale), la ortiga (Urtica dioica), el apio (Apium graveolens), y la
esparraguera (Asparagus officinalis).
Lo más destacable de estas plantas es que suelen producir
una excreción, principalmente de agua, sin que generalmente se vea
aumentada la eliminación de iones. Estas plantas presentan una acción suave y
cuantitativamente inferior a la de los diuréticos de síntesis.
El uso de plantas con actividad diurética está
especialmente indicado en los siguientes casos:
• En afecciones bacterianas e inflamatorias
de la pelvis renal y de las vías urinarias bajas. Los expertos recomiendan
combinar plantas con acción antiadhesiva frente a patógenos (arándano rojo),
antiséptica urinaria (por ejemplo, gayuba, enebro, sello de oro, equinácea y
extracto de semilla de pomelo) y las propiamente diuréticas (por ejemplo,
perejil, diente de león, ortiga, grama de las boticas, ulmaria y maíz) para
lograr una mayor eficacia. Es imprescindible la ingesta de abundante líquido
(se sugieren de 1,5 a 2 litros de agua al día).
• En la prevención y tratamiento de arenillas y
cálculos urinarios.
• En infecciones de las vías urinarias que
cursen con fiebre, en el tratamiento con citostáticos y en caso de hipertensión
arterial. Su uso está indicado como coadyuvante.
• En los regímenes de adelgazamiento. Se
utilizan como tratamiento coadyuvante por beneficiar la eliminación de
líquidos.
• En casos de hiperuricemia/gota. Se
utiliza como coadyuvante del tratamiento de base, con el fin de favorecer la
diuresis y la eliminación mediante la orina del exceso de ácido úrico.
Se deberá ajustar la dosificación según la
formulación y la presentación que se emplee. En todos los casos será indispensable
la ingesta de mucha agua.
Sobre otras plantas
Cereza ácida/Guinda (Prunus cerasus)
Este fruto posee efectos inhibidores sobre la
actividad de la xantina oxidorreductasa. Además de ser un agente hipouricémico,
las guindas son especialmente ricas en flavonoides antocianinas que poseen
efectos antioxidantes.
Cúrcuma (Curcum a longa)
La cúrcuma ocupa un lugar destacado en la medicina
ayurvédica como depurativo general del organismo. Contiene curcumina que,
en estudios realizados en animales, ha demostrado tener efectos protectores del
tejido hepático expuesto a fármacos hepatotóxicos.
La curcumina obtenida de la cúrcuma tiene
una potente acción antioxidante y es un excelente apoyo nutricional a las
articulaciones. Además, se ha encontrado en diversos estudios que los
curcuminoides, componentes activos de la cúrcuma poseen una considerable
actividad antiinflamatoria, en parte debida a su capacidad para inhibir la
síntesis de prostaglandinas inflamatorias. Esta actividad antiinflamatoria será
de gran ayuda en procesos como
la gota.
Dosis recomendada: De 350 a 1.050 mg al día, de extracto de raíz
(estandarizado como mínimo a un 95% de curcuminoides).
Recomendación:
La administración simultánea de bromelina puede mejorar la biodisponibilidad de
los principios activos de la cúrcuma.
Contraindicaciones:
Embarazo, obstrucción de las vías biliares. En caso de cálculos biliares, será
necesario un control médico adecuado.
Harpagofito (Harpagophytum procum bens)
El harpagofito parece que interviene en el proceso
de eliminación de este compuesto y por tanto puede reducir los síntomas
asociados a la gota. Además, posee propiedades diuréticas que facilitan la
desintoxicación.
Dosis recomendada:
de 500 a 1.000 mg al día de extracto estandarizado de raíz (5% de
harpagósidos), o de 1 a 2 gramos de polvo, 3 veces al día.
Autor:
https://www.facebook.com/ misohinutricion/
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