El dolor muscular, el síntoma más significativo de la fibromialgia

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Por Equipo A. Vogel, el 12 mayo 2017

Entre un 2 y un 3% de la población española sufre fibromialgia, una enfermedad crónica que se caracteriza por el dolor generalizado y la fatiga. Las personas que más la sufren son las mujeres de mediana edad, según la Asociación Afinsyfacro de la Comunidad de Madrid. Para mitigar los síntomas, la principal recomendación es seguir un tratamiento multidisciplinar para conseguir mejoras en el aspecto físico, psíquico y social de estos pacientes. Con motivo del Día Internacional de la Fibromialgia y el Síndrome de Fatiga Crónica, que se celebra el 12 de mayo, en A.Vogel queremos ofrecer algunos consejos para mejorar en la medida de lo posible la calidad de vida de estas personas.

Las causas de la fibromialgia son desconocidas aunque la percepción del dolor que ésta produce puede verse influida por diferentes aspectos psíquicos como el estrés, la frustración o la depresión. Además, en la mayoría de los casos, su comienzo suele relacionarse con un hecho concreto como puede ser un proceso infeccioso, un traumatismo, un accidente de tráfico o algún suceso especialmente estresante, como un divorcio o la muerte de un ser querido.

El dolor característico de esta enfermedad se presenta en músculos y tendones, localizados en 18 puntos de presión, llamados puntos sensibles. Además de éstos, se manifiestan también dolores difusos y móviles, dolor de cabeza o punzadas fuertes e intensas en el cuerpo. También puede haber sensación de entumecimiento u hormigueo, vértigos, pies y manos frías, fatiga o problemas de sueño. Por otro lado, estos pacientes pueden presentar cuadros depresivos.

Algunos consejos que pueden ayudar a mejorar la calidad de vida de estos pacientes son:

• Practicar actividad física adaptada a la fibromialgia. Lo recomendable es que ayude a fortalecer el tono muscular por lo que deben ser actividades suaves y aérobicas, que no requieran esfuerzo intenso sino moderado. Puede ser útil la práctica de ejercicios en aguas termales, pasear, etc.

• Seguir una dieta rica en alimentos básicos y frescos, sin muchas grasas y sin platos precocinados. Es aconsejable huir de comidas pesadas, reducir el consumo de sal y beber mucho líquido.

• Llevar a cabo una adecuada higiene postural, evitando posturas forzadas y la carga de peso.

• Cuidar el descanso. Se recomienda organizar bien el tiempo de descanso, con horarios regulares, utilizar ropa cómoda para dormir, procurar que la habitación tenga una temperatura confortable y huir de los estimulantes y de las comidas copiosas antes de acostarse.

• Evitar las situaciones de estrés, que acentúan la percepción del dolor, y aplicar técnicas de relajación, sobre todo antes de dormir.

• Tomar preparados fitoterápicos a base de raíz de harpagofito, el analgésico de la naturaleza, que ayuda a reducir el dolor y la inflamación, o preparados tópicos a base de flores frescas de Arnica montana para aliviar de manera rápida el dolor muscular y articular.

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