`Síndrome del edificio enfermo´.
Existen dificultades para definir de forma precisa este concepto, al igual que para establecer una cifra fiable de inmuebles afectados. Pero es una nomenclatura ya asumida por el propio Ministerio de Trabajo y que requiere de estudios pormenorizados en cada caso. La alarma social que, según los sindicatos, generaría la publicación de un listado concreto de edificios impide que salga a la luz. Eso sí, los expertos asumen que aproximadamente el 30% de las oficinas se radican en `edificios enfermos´. El dato, confirman, es absolutamente extrapolable a Málaga, cuyo clima aumenta la tasa de edificios con aire acondicionado con respecto a otras provincias.
Los problemas de salud sobrevienen al inhalar las sustancias que emanan de los aires acondicionados centralizados. Su mal mantenimiento hace que mezclen los elementos que existen en las diferentes plantas del edificio como productos químicos de limpieza, sudor, polvo, pinturas o mobiliario. La combinación de partículas resulta dañina para la salud.
Según diversos estudios y expertos consultados por este periódico se estima que casi un tercio de los lugares de trabajo están afectados de una u otra forma por el `síndrome del edificio enfermo´. Los efectos sobre la salud pueden ser variados: jaquecas, sinusitis, resfriados inexplicables, tos, fatiga, decaimiento o irritación de ojos, piel y nariz.Las causas. Las fuentes contaminantes pueden ser los productos de limpieza, compuestos por amoníaco y benceno; los materiales aislantes, formados por formaldehído, amianto y fibras minerales; el mobiliario, con benceno, disolventes orgánicos y formaldehído; el tabaco, que emana monóxido de carbono y formaldehído; las pinturas que contienen benceno, disolventes orgánicos y formaldehido; las fotocopiadoras e impresoras láser por el ozono; y, los tubos fluorescentes y las pantallas del ordenador con PCB, según datos de un estudio facilitado por el sindicato CCOO.
La mala ventilación está detrás de la mayoría de casos. El hecho de que con asiduidad en un centro de trabajo se produzcan casos como los descritos podría hacer sospechar de este fenómeno.
"Es un problema derivado de los aires acondicionados centralizados. Todas las plantas están comunicadas y generan contaminantes. El sudor, los muebles, las alfombras, el lugar donde se encuentran los productos de limpieza. Todo está comunicado y lo recoge el aire acondicionado y lo esparce. Separadamente no son elementos nocivos para la salud pero, si interactúan unos con otros, sí pueden serlo", explica Fernando Zamudio, técnico en prevención de riesgos laborales que colabora con UGT.
Asbestosis. Ángeles Gallardo, homóloga en CCOO, confirma que existe mucha teoría en torno a este síndrome. Para la técnico, la dolencia principal es la asbestosis (enfermedad pulmonar crónica provocada por la inhalación prolongada de polvo de asbesto, que es un mineral parecido al amianto, pero de fibras duras y rígidas, principalmente constituido por silicato magnésico). "La descomposición del cemento origina partículas, polvo, y, si a eso le añades un mal mantenimiento del aire acondicionado, obtienes el `síndrome del edificio enfermo´. Hay más teoría que otra cosa", lamenta.
Ángeles Gallardo comenta, además, que resulta rentable para el empresario poner en marcha las medidas necesarias para solventar este tipo de problemas, ya que con el paso del tiempo y el deterioro de la salud de los empleados las bajas médicas se sucederán de forma frecuente.
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