Salud 10.08.2007
Las dificultades para cuantificar el dolor constituyen un obstáculo para la medicina especializada en el área.
Gran interés ha despertado en consecuencia el sistema ideado por un investigador alemán para medir el dolor.
¿Cuál ha sido el peor dolor que ha sentido en su vida? Algunos recuerdan con espanto un ataque de vesícula. Otros, una fractura de huesos. Para otros, lo peor es una jaqueca. O una quemadura. O una picada de avispa. Las respuestas son casi tantas como las personas a las que se interrogue. Y es que existen pocas cosas tan individuales y subjetivas como el dolor. O, mejor dicho, la percepción del dolor. Difícil resulta definirlo con precisión. Y más aún cuantificarlo objetivamente.
Gramos de dolorMediante este sistema se hace posible cuantificar el dolor. Es decir, asignarle una cifra. Y eso ayuda a determinar qué grado de sensibilidad tiene un paciente. Mientras para la mayoría de la gente una presión de 0,8 gramos sobre la piel equivale a un roce leve, otras personas ya pueden comenzar a sentir dolor. Diversas son las causas que pueden provocar la hipersensibilidad y bajar el umbral de resistencia. Por ejemplo, se citan la diabetes, problemas de irrigación de sangre a los nervios o males neurológicos. Pero las consecuencias pueden llegar a ser tan graves que hasta el roce de la ropa cause dolor a los afectados.
Una enfermedad seria
Según los entendidos, el umbral de dolor puede variar incluso en una misma persona, dependiendo de factores como su estado de ánimo, su grado de concentración o de cansancio, y muchos otros. Así, por ejemplo, mientras más deprimida o temerosa esté una persona, mayor será por lo común su percepción de un estímulo doloroso.
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