Un grupo de personas que sufre de la Sensibilidad Química Múltiple (SQM), considerada la enfermedad del siglo XXI, comparecerá en BioCultura Madrid 2009 el sábado 7 de noviembre. Con el objetivo de llamar la atención sobre la enfermedad, el grupo (fundamentalmente formado por mujeres, en quienes la enfermedad es más común, en una proporción de cuatro para un hombre) participará en la conferencia llevada a cabo por Carlos de Prada, periodista y autor del primer libro monográfico en España sobre el tema. Sábado, 7 de noviembre. 18 h. Sala 4. Pabellón de Cristal. Casa de Campo. BioCultura.
Para esas mujeres que presentan una fuerte intolerancia a la exposición a niveles bajos de sustancias químicas tóxicas, acudir a un acto público de esa naturaleza es un verdadero acto de coraje. Esto es así porque las sustancias químicas tóxicas están presentes en muchos productos de uso cotidiano, entre ellos desodorantes, perfumes, cosméticos, champúes, suavizantes de ropa, etc. Y la decisión por comparecer al evento se debe al hecho de que BioCultura pretende, justamente, incentivar el uso de productos sin esas sustancias.
La SQM es una enfermedad que afecta a los más diversos sistemas orgánicos y que se manifiesta con los más variados síntomas. Además, parece estar ligada a un daño inducido por sustancias químicas tóxicas, tales como algunos pesticidas o disolventes, en el sistema límbico, región profunda del cerebro relacionada al control de funciones orgánicas.
Las personas que padecen de esa enfermedad se vuelven, muchas veces, incapaces de moverse con libertad por las calles, de trabajar, de ir al cine y a centros comerciales. Se tienen que quedar confinadas dentro de sus casas. Y, aún dentro de sus hogares, también pueden correr peligro, en la medida en que están expuestas a emanaciones que llegan desde fuera, como la contaminación urbana, los alimentos o el agua. Para asegurar su salud, deben tomar medidas como alimentarse exclusivamente de productos biológicos, usar determinados productos inocuos para asearse o limpiar la casa y eliminar fuentes de exposición que pueden llegarles desde tejidos, mobiliario y pinturas.
A diferencia de lo que ocurre en países como Alemania, Austria o Japón, el Gobierno español no ha reconocido aún la enfermedad, a pesar de la certeza científica existente. Estas personas no tienen reconocidos sus derechos básicos esenciales y no reciben ayudas para acondicionar sus viviendas, comprar alimentos sin tóxicos, mascarillas, filtros y aparatos depuradores para limpiar el aire y el agua.
Se considera que la enfermedad es la más evidente denuncia de la contaminación cotidiana en la que vivimos. Contaminación que, incluso, puede ser responsable de los más diversos tipos de cáncer, alergias y asma. Con la participación en BioCultura Madrid 2009, este grupo de afectados afrontará los posibles riesgos a su salud con el propósito de dejar de ser invisibles para la sociedad y para el Gobierno español.
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