Los estrógenos tienen mucho que ver en la reacción de las mujeres al dolor
Su equipo de investigación ha descubierto que los estrógenos tienen mucho que ver en la reacción de las mujeres al dolor. “Cuando los niveles de estrógenos son elevados, el sistema “analgésico” del cerebro responde con contundencia, liberando endorfinas que acallan las señales dolorosas; cuando los estrógenos están bajos, el sistema no es tan eficaz”, explica el Dr. Zubieta.
Los genes son el otro factor importante. En realidad, los que se jactan de “sufridos” están presumiendo de un regalo de la naturaleza. En estudios con humanos, el equipo del Dr. Zubieta ha comprobado que las personas que heredan una variante del gen que controla la enzima que metaboliza la dopamina –la variante val, que contiene en aminoácido valina– soportan mejor el dolor que las que tienen la variante met, que contiene el aminoácido metionina. Los afortunados que heredan las 2 copias (una del padre y otra de la madre) con la variante val, son “estoicos por naturaleza”. (Escáneres PET confirman que los calmantes cerebrales naturales y endorfinas son mucho más activos en estos individuos).
Niveles de tolerancia
Las personas que heredan una copia val y otra met tienen niveles medios de tolerancia. Las 2 copias met reducen al mínimo los umbrales de dolor. Como ha comprobado el equipo de la Universidad de Michigan, el 25% de la población de EE.UU. tiene la variante “estoica” y otro 25%, la variante “supersensible” al dolor. El resto tolera el dolor “normalmente”.
Pero, ¿por qué un gen que regula la dopamina afecta a las endorfinas? Porque, como explica el Dr. Zubieta, “demasiada dopamina reduce los niveles de endorfinas. Las personas con los dos genes val “fabrican una enzima muy potente que elimina rápidamente la dopamina, lo que aumenta los niveles de endorfinas. En personas con la variante met ocurre lo contrario”.
Los expertos de Michigan han comprobado que, si se aplican parches de estrógenos a mujeres en los últimos días del ciclo menstrual, sus respuestas al dolor se acercan mucho a las de los hombres (es decir, son menos intensas). Otro descubrimiento: cuando los analgésicos fallan, los antidepresivos que influyen en los niveles de dopamina pueden aliviar dolores crónicos en algunas personas (un test genético revelaría quién se beneficia más de la terapia).
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