Varios expertos de diferentes especialidades defienden la creación de un plan de formación en dolor común para todas aquellas especialidades que tratan pacientes con este síntoma de forma habitual, desde Familia hasta con Reumatología, Oncología, Neurología, o Medicina Interna. Y sin obviar el importante papel de los anestesistas en el cuarto escalón. La necesidad de especialistas en el tratamiento de este síntoma queda patente al comprobar que en la mayoría de unidades del dolor sólo hay un facultativo y que en algunas provincias no tienen ninguno.
María José Puertas - Lunes, 26 de Abril de 2010
El dolor crónico afecta al 11 por ciento de los españoles, de los que un 83 por ciento es atendido por médicos de atención primaria, un 12 por ciento por distintos especialistas y sólo un 2 por ciento en las unidades del dolor. Estos datos, presentados en el III Simposio en Analgesia patrocinado por Esteve, apoyan lo que los expertos reclamaron en dicha cita: un plan de formación en el tratamiento del dolor, especialmente el crónico, que sea común para todas aquellas especialidades que, además de la Anestesiología, tratan habitualmente este síntoma en consulta, como Traumatología, Neurología, Reumatología, Medicina Interna, Rehabilitación, Oncología y especialmente Familia, por ser el primer eslabón de la cadena sanitaria.
Según Javier Rocafort, presidente de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal), "el dolor es un síntoma que afecta a muchísimos pacientes, y todos los que prestamos atención sanitaria debemos aprender a tratarlo. Se necesita más formación en este aspecto en muchas especialidades. Los médicos de Familia lo ven a diario, pero también los neurólogos y reumatólogos. Tenemos que saber cómo resolver desde los dolores más sencillos hasta los más complejos tanto los internistas como los oncólogos". Rocafort señala que el tratamiento de este síntoma "en cuidados paliativos es esencial. Todos los profesionales debemos tener una competencia avanzada para resolver los dolores complejos, y se nota la falta de formación". Y advierte que si bien "no es competencia exclusiva de los anestesistas, algunas técnicas y tratamientos que se engloban en el cuarto escalón (necesitan vías espinales y bloqueos ganglionares) sí que son exclusivos de estos especialistas".
Manuel Camba, presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED) también se muestra a favor de la creación de un plan de formación común: "Estoy totalmente de acuerdo. Muchas especialidades tienen contacto con pacientes que lo sufren. Es una preocupación de la SED y así se lo hemos comunicado al Ministerio de Sanidad".
Recuerda que del tratamiento se ha encargado "la anestesiología por tradición, ya que fue un anestesiólogo, John J. Bonica, quien comenzó a investigar los dolores crónicos de los soldados de la II Guerra Mundial. Sin embargo, hoy es necesario que los especialistas que ven estos pacientes dominen el manejo farmacológico, y las técnicas menores como las infiltraciones, la estimulación electroforética, la trascutanea o la iontoforesis. Todas ellas se aplican en unidades de dolor pero no siempre de forma satisfactoria". Según Camba, "no se puede decir que cualquier profesional puede tratarlo. Hay que tener una formación y unos años de experiencia. Al no estar regulado por la comisión de la especialidad puede haber irregularidades, pero ya que no es una especialidad por lo menos habría que conseguir que fuera un área de capacitación con una formación reglada".
Verónica Casado, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina de Familia, afirma que "el manejo del dolor agudo y crónico es una prioridad del programa de Familia y aparece en la mayor parte del abordaje de problemas por cada aparato y sistema, en la ficha específica de cuidados paliativos, y en la propuesta teórico-práctica. Desde hace años somos sensibles a este tema y apostamos firmemente por él".
Déficit de profesionales
Según Cristóbal León, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), "los programas de formación pueden ser muy distintos en función del contenido y del tiempo que le dedique cada especialidad. Por la susceptibilidad y la importancia de este tema, debería acaparar el interés de los dirigentes sanitarios".
Según Cristóbal León, presidente de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc), "los programas de formación pueden ser muy distintos en función del contenido y del tiempo que le dedique cada especialidad. Por la susceptibilidad y la importancia de este tema, debería acaparar el interés de los dirigentes sanitarios".
En España hay 96 unidades del dolor, si bien la mayoría de ellas sólo cuenta con un médico. Hay hospitales, e incluso provincias, donde no hay ninguna. Según Camba, "no tiene razón de ser que en la mayor parte de las unidades sólo haya un facultativo, pues uno solo no puede atender a toda un área sanitaria y los pacientes se quedan sin tratamiento. Se necesitan más especialistas. Deberíamos llegar a una ratio de dos o tres profesionales por cada 200.000 habitantes por lo menos".
Para Rocafort, "es evidente que falta cobertura. Estas unidades no tienen una trayectoria larga y, como en todo lo que lleva poco tiempo en marcha, falta equidad en su distribución. Es injusto. Todos los españoles deben tener acceso en todas partes".
FORMACIÓN ESPECIALIZADA
La Sociedad Española del Dolor imparte un Máster Universitario de Especialista en Tratamiento del Dolor en colaboración con la Universidad Europea Miguel de Cervantes de Valladolid. Incluye el temario recomendado por la International Association for the Study of Pain (IASP) -el mismo que siguen otras sociedades científicas internacionales como la Faculty of Pain Medicine del Royal College of Anaesthetists- y trata todas las áreas de conocimiento relacionadas con el diagnóstico, valoración y tratamiento del dolor, capacitando al alumno para establecer un correcto plan de tratamiento de los síndromes dolorosos más frecuentes. Está dirigido exclusivamente a médicos y tiene una duración de 18 meses.
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