GACETA MEDICA
INVESTIGACIÓN/ Un estudio de ‘PNAS’ reaviva el debate en la comunidad científica
●Hallan presencia de MLV en el 86% de pacientes analizados con este síndrome
●El trabajo reproduce los resultados de otro relevante, pero hay reticencias
Son tres los estudios europeos que han fracasado frente a los dos americanos que han
concluido una hipotética implicación viral en el síndrome de fatiga crónica.
C. OSSORIO
Barcelona
La historia se remonta a octubre
de 2009, cuando Science publicó
un estudio liderado por Vincent
Lombardi que revelaba que el 67
por ciento de las personas con síndrome
de fatiga crónica tenía presencia
de material vírico activo en
sangre, concretamente del retrovirus XMRV.
Además,también aparecía
en el 3,7 por ciento de la
población sana analizada.
Un nuevo trabajo publicado
recientemente en Proceedings of
the National Academy of Sciences
(PNAS) ha disparado las alarmas
de nuevo, reavivando el debate en
la sociedad científica. Si tres grandes
estudios europeos fueron
incapaces de reproducir los resultados
de Lombardi, un grupo del
Instituto Nacional de Salud de
Estados Unidos ha detectado este
virus en el 86,5 por ciento de un
total de 37 pacientes con síndrome
de fatiga crónica. Los análisis de
ADN confirmaron que se trataba
del virus de la leucemia murina
(MLV), perteneciente a la misma
familia queXMRV.
En un análisis de la secuencia
genética de 44 personas sanas que
realizaron posteriormente para
constatar el hallazgo, descubrieron
el virus en un 6,8 por ciento de
los casos.
A partir de los resultados, Harvey
Alter, uno de los investigadores,
es consciente de que son necesarios
más trabajos para confirmar
si la presencia de este virus puede
ser desencadenante de la enfermedad.
A juicio de Joaquim Fernández
Sola, coordinador de la Unidad de
Fatiga Crónica del Hospital Clínic
de Barcelona, el hecho de que
“una parte de la población sana
tenga este virus ya demuestra que
no puede ser un marcador”. El
experto hizo hincapié en que no se
ha demostrado que el retrovirus
XMRV sea patogénico para el
hombre, y que solamente un estudio
amplio y multicéntrico a nivel
mundial en el que se recojan de
forma sistematizada y uniforme
sueros de pacientes para comprobar
la distribución epidemiológica
del síndrome de fatiga crónica
aportaría una técnica fiable. De
momento, no hay marcador para
esta enfermedad, y tanto XMRV
como MLV se presentan como
candidatos “débiles” dentro del
amplio abanico viral (VIH, herpes,
virus, Epstein-Barr...) que han
sonado como posibles desencadenantes
de este síndrome.
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