Professor Simon Wessely has felt safer in Iraq than in Britain.
Photograph: Laura Mtungwazi for the Observer
La
total extensión de la campaña de intimidación, ataques y amenazas de
muerte efectuadas contra los científicos por activistas que se quejan de
que los investigadores están suprimiendo la causa real del síndrome de
fatiga crónica ha sido revelado hoy por el periódico THE OBSERVER. Según
la policía, los militantes son considerados ser tan peligrosos e
intransigentes como los extremistas de los derechos de los animales.
Un investigador dijo al diario THE OBSERVER que una mujer que
protestaba había entrado en una de las conferencias llevando un
cuchillo. Otro científico tuvo que abandonar una colaboración con
médicos americanos después de que corría el riesgo de que le disparasen
mientras que a otro le dieron un puñetazo en la calle. Todos dijeron
haber recibido amenazas de muerte y ataques vitriólicos.
Aparte, los activistas – quienes atacan a los científicos que sugieren
que el síndrome no tiene ninguna clase de asociación psicológica – han
bombardeado a los investigadores con peticiones de libre información,
han efectuado rondas de queja a los comités éticos universitarios acerca
del comportamiento de los científicos y han enviado cartas falsamente
alegando que científicos, de forma individual, están pagados por
empresas farmacéuticas y aseguradoras.
“He publicado un estudio que no ha gustado a estos extremistas y fui
sometida a una ola impresionante de horribles abusos” dijo la profesa
Myra McClure, directora de enfermedades infecciosas en el Imperial
College de Londres. “Un hombre escribió que sentía placer imaginando que
estaba viendo que yo me ahogaba. Enviaba tal mensaje cada día durante
meses.”
El
síndrome de fatiga crónica conocido también como Miálgia
Encefalomielitis (ME) es común y debilitante. Un informe reciente del
British Medical Journal sugirió que al menos una de cada 250 personas en
el Reino Unido lo padecen. Los pacientes, algunas veces, son incapaces
de moverse y acaban postrados en la cama y ocasionalmente han de ser
alimentados a través de un tubo. Durante más de 20 años los científicos
han luchado para encontrar la causa y algunos de ellos señalando a
razones fisiológicas, muy en particular con infecciones víricas mientras
que otros han argumentado que hay involucrado problemas psicológicos.
Es el último grupo que ha sido objeto de los ataques extremistas. Los
antagonistas odian cualquier sugerencia respecto a un componente
psicológico e insisten que es debido a causas externas en particular,
víricas. En el caso McClure, su “crimen” fue el publicar un documento
indicando que estudios anteriores enlazando el síndrome al virus XMRV
era falso y era resultado de contaminación de laboratorio. La reacción
fue tan furiosa que tuvo que abandonar una colaboración con EE.UU. ya
que fue avisada que podría recibir un disparo.
Una campaña similar de odio provocada por un estudio en la revista LANCET a principios de este año, sugirió que
una técnica psicológica conocida como terapia de comportamiento
cognitivo podría ayudar a algunos que lo padecen. Esto produjo ataques
furiosos sobre los científicos involucrados, incluyendo Michael Sharpe,
profesor de medicina psicológica en la Universidad de Oxford. Había
sido ya acosado por una mujer que más tarde fue sorprendida llevando un
cuchillo en una de sus conferencias.
“La tragedia es que este pequeño grupo de activistas están impidiendo a
jóvenes científicos que trabajen en ese campo,” dijo Sharpe. “Al final,
estas campañas solo harán daño a los pacientes.”
Esta cuestión fue respaldada por Fiona Fox, directora del Science Media
Centre. “Utilizando amenazas e intimidaciones para impedir que los
científicos prosigan con resultados específicos de investigación o
criticando, está haciendo daño no solo a la ciencia, hace daño a la
sociedad,” dijo ella.
Ninguno
de los científicos contactados por el THE OBSERVER creían que el
síndrome de fatiga crónica era puramente psicológico. Todos pensaban que
había causas externas involucradas. “Hay un elemento que es
hereditario,” dijo la Dra. Esther Crawley, una consultora pediátrica
en la Universidad de Bristol. “Sabemos también que en los niños se
desencadena a menudo por una infección vírica, mientras que en los
adultos está asociada con la privación social. El estrés y la adversidad
están involucrados. Llamar a esto la gripe “yuppie” (clase media entre
20 y 40 años) tal y como la gente lo ha definido, es totalmente un
nombre falso.
Crawley ha pasado años intentando descifrar las causas pero su rechazo
en aceptar que tal condición es solo el resultado de factores orgánicos
externos ha resultado que haya sido invadida con correos de odio por
parte de extremistas. “Vosotros, malditos bastardos….el tiempo se os
acaba así que será mejor que empecéis a denunciar vuestra imperfecta e
inhumana terapia y pedir perdón a Dios,” dijo uno de los correos.
“Para aquellos responsables en impedir que los que padecemos Mialgia
Encefalomielitis tengamos la ayuda que necesitamos …. pagareis por
ello,” decía otro correo. “Es depresivo recibir e-mails como estos pero
hago lo necesario para que no me afecte,” dijo Crawley. “No obstante,
reviso los paquetes que llegan a mi oficina.”
Muchas de las reclamaciones de los extremistas son extrañas, dijo el
Profesor Simon Weseley del Instituto de Psiquiatría en el King’s College
de Londres. “Dicen que estoy en la liga con las empresas farmacéuticas
con el fin de suprimir la información que
demuestra un enlace entre los virus y el síndrome. Pero, ¿por qué
diablos harían esto las empresas farmacéuticas? Si estas empresas
pudiesen enlazar la condición a un virus estarían en un buen camino para
desarrollar tratamientos lucrativos y vacunas. Es de locos.”
Wesley ha instalado teléfonos de llamadas rápidas y pulsaciones de
pánico a requerimiento de la policía y tiene su correo bajo rayos X.
Hace años que desistió en su investigación del síndrome de fatiga
crónica a pesar de que aún atiende a pacientes. “He trasladado mis
intereses de investigación a estudios del Síndrome de la Guerra del
Golfo y otras condiciones relacionadas con zonas de guerra,” dijo. “Ello
me ha llevado a Irak y a Afganistán donde, sinceramente, me siento
mucho más seguro y no digo esto como un chiste."
http://www.guardian.co.uk/society/2011/aug/21/chronic-fatigue-syndrome-myalgic-encephalomyelitis
(Artículo traducido por Pere Almirall)
1 comentario:
Que fuerte, que fuerte, que fuerteeeeeeeeeee. ¿De verdad que les pasó todo eso?. Tal parece que les atacara Al Quaeda. ¡Carajo!.
Lo peor de todo es que, por unos pocos casos AISLADOS están metiendonos a todos en el paquete(el artículo es tendencioso a más no poder, pero claro viniendo del Reino Unido....).
No sabía que Wessely hubiera "renunciado hace años" a investigar el SFC, quizás tuviera algo que ver la falta de rigor en la selección de pacientes en ello(no de SFC/EM si no muchos enfermos mentales etiquetados de SFC, cuestión muy criticada por diversos colectivos).
Así, con ésta "presentación" a ver como nos quitamos el San Benito de enfermos "mentales".
Al margen de todo, ¡menuda película de terror!. Pobres.
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