
HUESCA.- La Plataforma por la Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica se manifestó ayer en distintos puntos de España para exigir el reconocimiento de sus derechos. En Huesca, una decena de afectadas desplegó al mediodía una pancarta en frente de la sede del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), situada en la calle San Jorge, para reivindicar que el tratamiento de ambas dolencias, consideradas como “enfermedades raras”, se incluya en la Seguridad Social, algo que ya ocurre en Cataluña.
Erróneamente tomadas como la misma enfermedad por muchas personas, las concentradas ayer quisieron dejar claro que la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica son dos dolencias “totalmente distintas”, aunque en ocasiones una persona padezca ambas a la vez. La fibromialgia consiste en un dolor músculo-esquelético focalizado en 18 puntos, conocidos como “puntos gatillo”, que frecuentemente causan también un incremento del cansancio y alteraciones del sueño, entre otros síntomas. En cuanto al síndrome de fatiga crónica, éste se caracteriza por una sensación de cansancio, tanto mental como psicológico, que invalida a la persona, no desaparece con el descanso y empeora con la actividad física y mental. A este síntoma principal, se le suman los dolores, la pérdida de concentración y memoria (“las cosas no se te olvidan, se borran directamente”, admitió una enferma concentrada ayer), la debilidad de los músculos y alteraciones en el sueño. Varias de las afectadas resumieron ambas enfermedades con la siguiente frase: “En la fibromialgia priman los dolores y luego está el cansancio. Con la fatiga crónica es al revés”, para diferenciarlas de una manera menos técnica. Tanto la fibromialgia como la fatiga crónica son dos enfermedades crónicas.
María Teresa y María Cristina tienen ambas enfermedades, aunque el sistema sanitario no se las ha reconocido oficialmente. Con 8 y 20 años padeciéndolas respectivamente, las dos han intentado en numerosas ocasiones que se les reconozca como enfermas crónicas e invalidadas para el trabajo, debido al alto grado en el que la padecen. “En realidad, incluso casi para la vida diaria”, comentaron. Pero su lucha para ver reconocida su situación, y así ser atendidas en la Seguridad Social y no tener que recurrir a médicos privados (“esta es la enfermedad de los ricos. Gastas en médicos, en ayuda para la casa y además tienes que dejar de trabajar”, afirmó otra mujer congregada ayer), ha topado hasta ahora con la negativa tanto del sistema sanitario como de los tribunales -“otro gasto a sumar”-, a pesar de tener informes médicos que, afirman, acreditaban su situación.
Las reunidas ayer se quejaban de la “incomprensión” que rodea a estas enfermedades, que afectan a entre un 4 y un 5 por ciento de la población mundial aproximadamente, especialmente a las mujeres. “Tienes cuento” es una de las frases que más escuchan los afectados de fibromialgia y fatiga crónica. “Nuestro aspecto físico no se corresponde con lo que padecemos y eso hace que algunas personas no nos crean”, afirmaron las reunidas, quienes añadieron que “también entre los médicos hay escépticos”.
La depresión y la ansiedad son dos trastornos psicológicos ocasionados por estas enfermedades que “también destruyen la vida familiar. Las conversaciones casi siempre acaban tratando la enfermedad. Se convierte en un monotema y, lo que es peor, la enfermedad te impide llevar una vida normal como madre, por ejemplo”, apuntaron tres de las afectadas con hijos.
Estas son algunas de las razones que llevaron ayer a las personas afectadas de toda España a manifestarse, movilizadas mediante la Plataforma por la Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica, junto a sus familias para exigir un reconocimiento, tanto social como médico, y los tratamientos que requieren.
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