Sensibilidad Química Múltiple
Los expertos aseguran que hasta el 9% de población padece el síndrome, aunque sin saberlo
J. L. García, Valencia
Elvira Roda Llorca, la valenciana que permanece ingresada desde hace ocho meses en Dallas (EE UU), aquejada de Sensibilidad Química Múltiple (SQM), no está sola. De hecho, en la Comunitat Valenciana hay unos cien casos diagnosticados de pacientes con esta dolencia, aunque con una intensidad menor a la de esta valenciana, según explicó ayer Francisca García Ferrandis, presidenta de la Asociación Valenciana de Afectados del Síndrome de Fatiga Crónica, Fibromialgia y Sensiblidad Química Múltiple. Cabe recordar que Elvira lleva desde noviembre asistida en un prestigioso centro norteamericano de los graves síntomas que le genera el contacto con sustancias químicas, que apenas le permite acercarse a otros personas, aparatos electrónicos como teléfonos móviles o conectarse a internet.
Como a Elvira, uno de los problemas que afecta a este colectivo de enfermos es el de la invisibilidad, "parece que no existen y de ahí que no se trate: lo padecen escondidos", resume la doctora Pilar Muñoz, experta en esta patología y organizadora del II Congreso de Medicina Ambiental que se celebra este fin de semana en Madrid. Según explica esta especialista, entre el 5% y el 9% de la población española padece SQM, lo que supone un nivel de afección similar al de la diabetes. Y a pesar del elevado número, existe una preparación deficitaria en la atención primaria para diagnosticar la SQM: unas veces se busca una explicación por la vía de la infección o un agente patógeno, y en otras se considera un tema psicológico, comenta.
La Sensibilidad Química Múltiple (SQM) es la reacción fisiológica de algunas personas a "sustancias sintéticas creadas por el hombre que el organismo no metaboliza. Esto genera síntomas que empiezan por dolores, luego pasa a inflación y más tarde se convierten en crónicas". En el caso de Elvira, por ejemplo, los efectos han sido, entre muchos otros, una tremenda sensibilidad a la luz o sequedad en los ojos. Según la experta, existen más de 100.000 compuestos químicos en la sociedad que pueden provocar este síndrome, y sólo un 20% están suficientemente estudiados antes de salir al mercado. Se encuentran en alimentos, perfumes, maquillaje, ropa, suavizante..., el entorno se convierte en una amenaza. "Son muchas sustancias que interactúan y pueden generar reacciones muy grandes en pocos segundos", asegura.
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