Servando Pérez Domínguez, Coruñés afectado por el síndrome químico múltiple
"Una amiga que también padece este trastorno se pasó tres días en cama cuando pintaron la casa de sus vecinos".
M. H. A CORUÑA. Servando Pérez Domínguez tiene 40 años y lleva casi diez batallando con la sensibilidad química múltiple. "Mi calvario se inició en el año 1998. Hasta entonces, llevaba una vida sana, hacía mucho deporte y no sabía lo que era un dolor de cabeza. Poco a poco, sin embargo, me fui encontrando mal. Empecé con un picor de ojos que no remitía, y al que los propios oftalmólogos no encontraban explicación. Después vinieron los problemas intestinales (disciosis, hipermeabilidad, etc...), genito-urinarios, dermatológicos... y comencé a sentir un cansancio tremendo. Pasé por especialistas médicos de todo tipo y ninguno de ellos conseguía dar con lo que tenía. Es más, llegaron a insinuar que podría tratarse de un problema de estrés laboral y me diagnosticaron ansiedad. Finalmente, tras ser analizado por tres psiquiatras distintos que determinaron que no padecía ningún trastorno psicológico, decidí ponerme manos a la obra e investigar por mi cuenta", señala Servando, quien tras realizar múltiples pesquisas en manuales de medicina, llegó a la conclusión de que su mal podía deberse a una intoxicación por metales pesados.
"En 2005 -figúrate, ya habían pasado siete años desde que empecé a notar los primeros síntomas- decidí hacerme unos análisis en una clínica privada, que confirmaron mis sospechas: mis niveles de mercurio en sangre superaban con creces el límite establecido para las personas que no trabajan con ese metal. Estuve un mes sin probar el pescado y el marisco, repetí las pruebas, y los resultados aún fueron peores que los de las anteriores. Entonces decidí empezar a descartar posibles fuentes de intoxicación en mi entorno: hice analizar el agua de la traída que suministraba mi casa, y nada de nada; mi novia, que vivía conmigo, se hizo también los análisis y le salieron perfectos; y mi centro de trabajo no podía ser, porque trabajaba en la facultad de Ciencias de la Educación -y allí el mercurio escasea- y, además, mis compañeros estaban sanos. Un dentista fue quien, finalmente, dio con el quid de la cuestión: el problema estaba en los tres empastes de amalgama de mercurio que había llevado durante años", recuerda Servando.
"Ahora mis niveles de mercurio en sangre son normales, pero tengo grandes cantidades de este metal acumulado en mi organismo, sufro fatiga crónica, fibromialgia y sensibilidad química múltiple. En la práctica, esto significa que no puedo estar en lugares cerrados donde haya demasiado humo, tampoco puedo usar colonias o masajes con aromas fuertes... Aún así, mi caso es bastante leve, porque sé de enfermos que lo pasan realmente mal. Una amiga me contó que una vez se puso malísima, y tuvo que pasar tres días enteros en cama, porque pintaron la casa de al lado de la suya", subraya.
Dentro de lo que cabe, Servando se siente afortunado. "El mes que viene me traslado a Málaga a someterme a una desintoxicación de mercurio. El proceso puede durar hasta dos años, pero seguro que me hará mejorar", indica esperanzado. Ojalá que haya suerte.
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1 comentario:
mi nombre es José Luis Garcia Martin, por desgracia también resido en España ,sano y trabajador con independencia hasta los 39 años en que empezaron las contracturas en el cuello, mareos, mas luego protusiones (hernias cervicales) decaimiento animico... esto a partir de que me colocaran esa pócima aprobada por "salud" publica que engañosasamente llaman "amalgamas de plata"... claro que no lo sabia sino que después de varias reintoxicaciones por re-instalación de arreglos fallidos mas la mala manipulación de estas amalgamas es que termino con tinnitus muy pronunciado (ruido dentro de la cabeza) fatiga crónica, fibromialgia y alergia química múltiple y cuatro años de engaño por parte del sistema "sanitario" (industria de la enfermedad mafiosa)con los típicos no diagnósticos de "no demostrable" y la evasión de estudios específicos y es que me entero que "sanidad" me avía envenenado con mercurio y lo ocultaban y no solo eso sino que por esos milagros de esta fraternidad diabólica medico-político-farmacéutica, es que me entero de lo que me pasaba gracias a mercuriados.org y mercurioenlaboca.org encima estaba consumiendo sus "remedios" toxicos, como tanta gente engañada hace, confiando en que en algún momento esto se aliviaria, pero no era así sino que empeoraba cada vez mas...
cochinos laboratorios
cochinos delincuentes con bata blanca
cochinos ministros, presidente de turno incluido
Quien sabe con cuanto se ponen los laboratorios del mal para las campañas políticas...
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Que Dios les bendiga para que puedan arrepentirse pues, horrible cosa es caer en manos del Dios Vivo.
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