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27 jul 2008

ARGENTINA - Advierten por un material muy peligroso en los edificios porteños


Es el amianto, o asbesto, un mineral que está totalmente prohibido desde 2003. Antes, se usó mucho en la construcción y por eso se encuentra en al menos el 15% de las casas e industrias. Sus fibras se esparcen en el aire y producen cáncer.

Por: Nora Sánchez
Es invisible, silencioso y no tiene olor, pero cuando sus fibras se esparcen en el aire provoca enfermedades fatales, entre ellas cáncer. El amianto o asbesto es un peligro imperceptible y su fabricación y uso fue prohibido por el Ministerio de Salud nacional en 2003. Pero como se lo usó durante décadas como aislante térmico o acústico, sigue presente en muchos edificios. Así lo confirma un informe del INTI, según el cual detectaron amianto en el 15% de las muestras tomadas en 30 sitios, la mayoría de Capital y conurbano. Debido al riesgo, los expertos recomiendan contratar a una empresa especializada para retirarlo.

El amianto es un mineral de fibras microscópicas que se extrae de canteras. Por sus propiedades aislantes y su resistencia al calor y al fuego, tiene miles de aplicaciones, desde pastillas de frenos, hasta guantes o tablas de planchar. Y fue muy empleado en la construcción, sobre todo como componente del fibrocemento, con el que se hacen desde techos hasta tanques de agua. También sirvió como aislante de cañerías y de calderas.

Ante evidencias de que el amianto era dañino, su uso se fue restringiendo en todo el mundo. En la Argentina, Salud sacó resoluciones vedando algunas de sus variedades en 2000 y 2001 y en 2003 prohibió totalmente su producción, importación, venta y uso. En 2005, una ley porteña reafirmó la prohibición en la Ciudad.

"Nadie controla y algunas ferreterías lo siguen vendiendo -revela el neumonólogo Antonio Labbate-. Hay que tomar conciencia que una sola fibra de amianto puede enfermar. Como son huecas y muy livianas, se mantienen suspendidas en el aire y contaminan al ser humano cuando las respira. Los más afectados usualmente son los trabajadores que están en contacto contínuo con el material y los vecinos del entorno donde se lo usa. También hay contaminación doméstica por el que está en las viviendas".

El asbesto queda adherido a los pulmones y causa fibrosis (lleva a la muerte por insuficiencia respiratoria) o cáncer de pulmón (ver Los peligros...). La Organización Mundial de la Salud estima que en el mundo mueren 100.000 personas al año por causas relacionadas al amianto. A nivel local, no hay cifras oficiales.

Los expertos dicen que el amianto se vuelve peligroso cuando se descompone y entra en contacto con el aire. Mariano Acevedo, presidente de la Asociación Argentina de Expuestos al Amianto (ASAREA), cuenta: "Es más riesgoso con el paso del tiempo. El amianto de un techo pintado no ofrece peligro, pero si la pintura se raja o es agujereada, la fibra se esparce".

Antes de su prohibición, el amianto fue tan utilizado que está presente en muchas viviendas e industrias. "Aquellos que sospechan que tienen asbesto nos consultan -cuenta el geólogo Fabio Luna, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)-. El 15% de las 100 meustras que tomamos en 30 sitios, muchos de Capital y Gran Buenos Aires, tenía amianto".

Los especialistas recomiendan su retiro de los edificios, pero advierten que es peligroso hacerlo por cuenta propia o sin ciertas normas de seguridad. En 2007, ASAREA frenó con un amparo los trabajos para sacarlo de 600 techos del barrio Illia. Y en su momento, se decidió no demoler por implosión la cárcel de Caseros porque había 20 toneladas de amianto.

"Casi todos los hospitales tienen asbesto y también hay en escuelas -revela el doctor Eduardo Rodríguez, especialista en amianto del Ministerio de Salud de la Nación-. Hasta lo encontramos en el Teatro San Martín, donde se usó para insonorizar". En el Ministerio de Cultura porteño explicaron que ya se le adjudicó su retiro a una empresa especializada y que el trabajo se hará durante el verano.

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