AFP - La AMC pidió a Ottawa que deje de oponerse a la inscripción del amianto crisólito en la lista de materiales peligrosos de la Convención de Rotterdam y que ponga fin a la extracción y exportación de este producto.
"El gobierno de Canadá parece haber calculado que es preferible para la industria del amianto de Canadá actuar en la sombra, como los traficantes de armas, sin pensar en las consecuencias mortales" de su uso, señala un virulento editorial en el periódico de la AMC.
Este llamado antecede a la reunión la semana próxima en Roma de la Conferencia de las Partes de la Convención de Rotterdam. En su encuentro anterior en 2006, los países miembros aplazaron hasta 2008 la decisión respecto a la inclusión del amianto crisólito en la lista negra, debido a la oposición de sus principales productores: Canadá, Rusia y Kirguizistán.
Según la AMC, el gobierno tiene en secreto desde hace más de seis meses un informe sobre los riesgos de exposición al crisólito.
La AMC destaca que Canadá reconoce que todas las fibras de amianto, incluido el crisólito, son cancerígenas, pero que afirma que ésta es menos peligrosa que las otras en "un argumento que tiene el mismo tufo de la industria del tabaco".
El 96% del amianto producido en Canadá se exporta, principalmente a países en desarrollo como India, Indonesia y Tailandia.
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