Un dolor centinela
Investigadores detectan una correlación entre la frecuencia del maltrato y la fibromialgia en un estudio con 574 mujeres desarrollado en un hospital granadino
ALFONSO PEDROSA ELBAL | ACTUALIZADO 05.07.2009 - 05:04Es sabido que sufrir cualquier tipo de abuso supone vivir una situación continuada de estrés. Y eso pasa factura en términos de salud. Ahora, un equipo de investigadores coordinados por Isabel Ruiz, profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) de Granada ha publicado los resultados del primer estudio que se hace en España para explorar la relación entre dos fenómenos dolorosos de frecuencia significativa, especialmente entre las mujeres: la fibromialgia y la violencia padecida en función de su identidad de género. Cauta pero asertiva -tono habitual en los miembros de la comunidad científica cuando contactan con los medios de comunicación-, Ruiz precisa que "no podemos afirmar que la violencia de género sea causa de la fibromialgia, pero sí hemos comprobado que ese desorden aparece en una proporción más alta entre mujeres que han sido víctimas de la violencia que entre aquellas que no han pasado por esa situación". El trabajo coordinado por Ruiz fue llevado a cabo además por expertos del Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) de Epidemiología y Salud Pública, el Servicio de Reumatología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves y el Centro de Evaluación y Orientación de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social, en Granada. Los resultados han sido publicados en la revista Clinical Reumatology. La base de esos resultados es un cuestionario anónimo distribuido entre 574 mujeres, divididas en dos grupos: 287 con diagnóstico de fibromialgia, sin otra sintomatología, y otras 287 sin ese diagnóstico y tratadas por razones ajenas a situaciones clínicas relacionadas con ese problema reumatológico. Algunos datos obtenidos son esperables: la edad y la actividad laboral son factores que aumentan relativamente las probabilidades de sufrir fibromialgia, así como el bajo nivel educativo o las disfunciones psicológicas. Pero cuando el factor de riesgo analizado es la frecuencia de abusos, presentes y pasados, aparece una "correlación significativa" con la fibromialgia. En términos prácticos, las repercusiones de ese hallazgo son limitadas; Ruiz explica que "la difusión de los resultados de una investigación epidemiológica es muy rápida, pero la constatación de su impacto es muy complicada". "Aunque la etiología de la fibromialgia es aún incierta -dicen los auores del artículo en sus conclusiones-, parece que ciertos factores psicosociales podrían estar asociados al síndrome. Por lo tanto, habría que considerar un enfoque multidisciplinar para el tratamiento". Los autores reivindican, sin embargo, la utilidad de sus hallazgos en el ámbito de la Reumatología y especialmente en el abordaje de la fibromialgia. "Hasta la fecha -dicen los investigadores firmantes del artículo- ha prevalecido la terapia farmacológica en el tratamiento de la fibromialgia, sin resultados totalmente satisfactorios. La asociación [aún no demostrada en términos de evidencia científica] entre ciertas clases de abuso y la fibromialgia podría ser un paso definitivo adelante a la hora de considerar estrategias terapéuticas alternativas". De la misma manera, podría establecerse la existencia de factores protectores frente a la fibromialgia, lo que ayudaría a realizar análisis individuales de cada caso desde una perspectiva que integre varias áreas de conocimiento. Según abunda la profesora Ruiz, "llamar la atención sobre este fenómeno es ayudar a que los clínicos se sensibilicen con los temas relacionados con la violencia de género", ya que, no en vano, según trabajos anteriores del CIBER que participa en este artículo, es alta la prevalencia de mujeres víctimas de violencia que acuden a los centros sanitarios, especialmente de Atención Primaria. "Contar con el factor del abuso ante la fibromialgia, considerándolo un problema de etiología mixta, puede ayudar además a orientar mejor el diagnóstico y el tratamiento". Es una especie de centinela, que puede indicar que, bajo el abuso, puede haber fibromialgia; y detrás de la fibromialgia, abusos. "Las mujeres -dice Ruiz- deben tomar conciencia de ello, que sean ellas las que hagan la conexión entre ambas realidades si se dan en sus vidas".
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